domingo, 22 de marzo de 2009

La locura de Nerón

LA INCREÍBLE INMOLACIÓN KIRCHNERISTA

Por Fernando Paolella

"¡Qué gran artista muere conmigo!", exclamó Nerón instantes antes de arrojarse sobre su espada, al escuchar los cascos de los caballos enviados por Galba en su persecución.

Quien según las crónicas históricas incendió Roma para luego echarle el fardo quemado a los cristianos, con el fin de erigir una demencial Nerópolis, muere convencido de que era un gran artista, y no un déspota peligroso que había perdido todo apoyo.

Por eso, no es banal que el rabino Sergio Bergman haya utilizado su pirómana figura como alegaría en su alocución en la marcha del miércoles 18, al afirmar que "No hay que confundir el legado de Perón con las locuras de Nerón; hay una Argentina que puede ser República después de Néstor "(Kirchner).

Pues, a la luz de los más recientes acontecimientos nacionales, sin temor a equivocarse existe un gran temor generalizado causado por las próximas movidas intempestivas del matrimonio gobernante.

Cuando la capacidad de asombro del grueso de la ciudadanía parecía estar colmada, la incautación de los fondos de las AFJP mediante, en la calurosa tarde de ayer Cristina Fernández decretó la creación de un confiscatorio Fondo Federal Solidario, que coparticipa a las retenciones en un porcentaje del 70% al Estado y un 30% a las provincias.

Otra vez, de un plumazo, la concepción totalitaria que impera en la mente de los Kirchner sale a luz para paliar el marasmo fiscal, y de paso, mantener domesticados a la caterva de gobernadores e intendentes que ya había mostrados ánimos soliviantados.

Pero lo que no quieren tener en cuenta es que el descontento social está aumentado progresivamente hasta constituirse en un peligroso espiral, mucho peor que el de hace un año atrás.
Y no sólo demuestra su ira la gente común, sino también en las filas uniformadas de la Bonaerense y la Federal la cosa también está poniéndose bastante álgida.

Y no sólo por la falta de equipamiento adecuado, sino también por la seguidilla de muertos entre sus filas, unido a la falta de respuestas a sus reclamos por parte de sus respectivas jefaturas, fuertemente ligadas con el poder político de turno.

Mientras que en La Plata los efectivos de la Policía Bonaerense participan de marchas y reclamos a viva voz sin el temor reverencial por las seguras sanciones disciplinarias, en su homóloga Federal varios de sus integrantes se sienten hastiados y dolidos al comprobar que mientras juegan la vida, sus superiores la pasan mucho mejor y se llevan la porción más grande siempre.


La peligrosa ilusión de junio

Justo hace una semana, cuando se hizo el anuncio del adelantamiento eleccionario al 28 de junio, desde estas páginas se advertía que semejante disparate sólo tenía una razón de peso, que era la imposibilidad de arribar a la fecha inicial de octubre, debido al empeoramiento de la crisis antes negada de plano por los K.
Curiosamente, ese viernes 13 muchos escucharon sorprendidos que el motivo principal de dicho artilugio era precisamente los efectos no deseados y los coletazos de dicho marasmo.

Y hace un par de días, el piketero Emilio Pérsico propaló en el éter la temida posibilidad de que si el matrimonio que nos maltrata desde arriba sale perdedor ese domingo, se alejarán irremisiblemente del poder dejándoselo a "Cobos y Clarín".

De más está decir que las recurrentes desmentidas oficiales para nada obturaron la sensación de espanto consiguiente, sobre todo cuando diversas fuentes pudieron constatar que dicha apocalíptica alternativa fue resuelta hace 20 días atrás en la intimidad del bunker de Olivos.

Así constata el matutino La Nación en su edición del pasado jueves 19, trayendo a la memoria aquella ocasión en la cual un Néstor fuera de sí había ordenado a su esposa que renunciara, luego del voto no positivo del vicepresidente Julio Cobos.
Unido a esta incertidumbre, se debe aglutinar el descontento social que sin exagerar es casi tan candente y explosivo como aquel que desató la ira de diciembre del 2001.

Pues sin tocar directamente el bolsillo de los ciudadanos, ya no es fútil afirmar que a los Kirchner no los detiene nada ni nadie cuando tienen en la cabeza el monotema, hacer caja cueste lo que cueste y reviente quien reviente.

Estaba más que claro que luego del megacurro de los fondos de pensión iban por más, pero no se sabía a ciencia cierta dónde estaba dirigida su codicia. Y ayer por la tarde definitivamente se supo, arrojando napalm al incendio agropecuario buscando la exterminación total de los pequeños y medianos productores para el regodeo sempiterno de las grandes corporaciones agropecuarias multinacionales.

Como evidenció la nutrida concurrencia a las marchas del miércoles 18 en todo el país, gran parte de la ciudadanía ha caído en la cuenta de que se moviliza en defensa propia, ahora no detrás de tal o cual figura o pancarta, y seguramente hará lo mismo cuando deba emitir su sufragio. Pues no se trata de cumplir sólo con un acto meramente comicial, porque en juego está más que nada la integridad de la Nación frente al caos multiforme provocado por un gobierno que a todas luces parece haber perdido la sensatez, embretado en continuar celebrándose a sí mismo.

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