miércoles, 22 de abril de 2009

El caso de Fernando Lugo, (a) "Güevito Loco", "El Obispo Gozón", "El Terror de Asunción", "El Azote de las Vírgenes".


Siempre he tomado atención a los cuentos infantiles porque en esas historias escritas aparentemente para niños se encuentran aspectos ocultos de la intrincada mente humana.

Miedos, temores y tabúes se encuentran encerrados en ellos. Verdaderas crueldades que se cometen con perfidia contra los más indefensos.

El cuento de Charles Perrault, publicado en 1697 relata que Barba Azul era un rico aristócrata, temido por su aspecto fiero y conducta salvaje.

Se había casado en siete ocasiones, pero nadie sabía qué había sido de sus esposas. Las mujeres del lugar lo evitaban.

Cuando Barba Azul visitó a uno de sus vecinos y pidió en matrimonio a alguna de sus hijas, ellas sintieron tal pavor que intentaron colocárselo a otra de las hermanas. Finalmente, convenció a la hermana menor de que se casara con él, y tras la ceremonia la condujo al castillo en el que habitaba.

Al poco tiempo, Barba Azul anunció que tenía que partir de viaje durante una temporada, entregó todas las llaves del castillo a su nueva esposa, incluida la de una pequeña estancia a la que le había prohibido entrar.

Después, partió y dejó la casa en sus manos. Casi inmediatamente, sintió un deseo insuperable de ver qué había en la habitación prohibida y finalmente, una de sus hermanas que estaba de visita la convenció para que satisficiera su curiosidad y abriera la puerta.

El piso estaba encharcado de sangre y los cadáveres de las anteriores esposas de su marido estaban colgados de los muros.

Aterrorizada, cerró la puerta con llave, pero la sangre no se iba de la llave.

Barba Azul regresó de improviso e inmediatamente se dio cuenta de lo que su mujer había hecho.
Ciego de ira, amenazó con decapitarla en aquel mismo momento, así que ella se encerró en la torre más alta junto con su hermana.
Mientras Barba Azul, espada en mano, trataba de abrir la puerta, las hermanas esperaban la llegada de sus dos hermanos.

En el último momento, cuando Barba Azul estaba a punto de dar el golpe de gracia, los hermanos irrumpen en el castillo y matan a Barba Azul cuando éste trataba de huir

Moraleja

La curiosidad, teniendo sus encantos,
a menudo se paga con penas y con llantos;
a diario mil ejemplos se ven aparecer.

Es, con perdón del sexo, placer harto menguado;
no bien se experimenta cuando deja de ser;
y el precio que se paga es siempre exagerado.

Al ex obispo paraguayo Fernando Lugo le crecen los enanos. Al paso que lleva, con una media de dos hijos por semana, si mantiene la racha va a terminar en el libro de los Records Guinnes.

Bromas aparte, el asunto no tiene ninguna gracia. El actual jefe de un Estado, corrupto hasta la médula, acaba de terminar con las esperanzas de un pueblo que confió en él y creyó en sus sermones de honestidad. Lugo, a la vista de los hechos.

El caso de Fernando Lugo, (a) "Güevito Loco", "El Obispo Gozón", "El Terror de Asunción", "El Azote de las Vírgenes".

Asunción.(EFE).- Otra mujer, la tercera en dos semanas, asegura que tuvo un hijo con el presidente de Paraguay, el ex obispo Fernando Lugo, aunque afirma que no realizará ninguna demanda de filiación para el niño de un año y cuatro meses de edad.

El presidente de Paraguay y ex obispo católico, Fernando Lugo, ha reconocido legalmente al hijo que tuvo cuando aun ejercía el cargo religioso.

En declaraciones que publica hoy el diario asunceno "Abc Color", Damiana Hortencia Morán Amarilla, de 39 años, aclara que no reclama nada al gobernante y que accedió a revelar su caso "al solo efecto de que se sepa la verdad", porque considera que "tarde o temprano iba a aflorar".

"Es una gran satisfacción haber descubierto un amor sin pedir nada, desinteresado y solamente tener la inspiración de una entrega, pero valorada, una entrega pero significativa", declara la mujer, ex coordinadora de la Pastoral Social de San Lorenzo, municipio cercano a Asunción.

Damiana comentó que está divorciada desde hace cinco años, época en que conoció a Lugo, tras un matrimonio que duró 17 años, del cual tuvo dos hijos, que ahora tienen 20 y 21 años, pero señala que los contactos "más próximos" se dieron en 2006, "luego de que renunciara como obispo de San Pedro (en 2004)".

En ese entonces, Lugo estaba al frente de la plataforma cívica Resistencia Ciudadana, de efímera existencia en 2006 antes de dar vida a la hoy oficialista Alianza Patriótica para el Cambio (APC), integrada por varios partidos políticos y organizaciones sociales y de izquierda.

"Lo que puedo asegurar es que fue una gran entrega y que fue una explosión de sentimientos, y por esas cosas de Dios y de la vida, nace un fruto, que es Juan Pablo", aseveró la mujer, al referirse al hijo que atribuye a Lugo. Explicó que lo bautizó con ese nombre en homenaje al fallecido papa Juan Pablo II.

Guillermo Armindo Carrillo, el pequeño de dos años reconocido públicamente por el jefe de Estado paraguayo como hijo suyo el 13 de abril pasado lleva su segundo nombre, mientras que Lucas Fernando, de seis, cuya paternidad le atribuye otra mujer, el de pila.

El tercer escándalo que salpica a Lugo se produce dos días después de que la madre de Lucas Facundo, Benigna Leguizamón, de 27 años y que reside en una precaria vivienda de Ciudad del Este, a 330 kilómetros de Asunción, denunciara públicamente su caso y amenazara con recurrir a la Justicia con una demanda de filiación.

Leguizamón, que tiene otros tres hijos, dijo que conoció a Lugo cuando ella tenía 17 años y acudió a pedir ayuda espiritual al Obispado de San Pedro, centro, la región más pobre del país, donde el hoy gobernante era la máxima autoridad eclesial, y de la misma región es también oriunda la madre de Guillermo Armindo, Viviana Carrillo, de 26 años.

Desde que Lugo admitió públicamente de que es el padre de Guillermo Armindo, después de que dos abogados promovieron una demanda en nombre de Viviana, se ha producido un revuelo en el país, con chanzas y versiones periodísticas de futuras denuncias.

"Claro, hay chistes y tomaduras de pelo por toda la República de que van a aparecer cinco o seis, dieciséis hijos. Y bueno, se verá en cada caso", había expresado la ministra de la Mujer, Gloria Rubín, después de una reunión con Lugo para analizar el caso de Benigna Leguizamón.

"Si es tan cierto que (Lugo) tiene tantos hijos, la Secretaría de la Mujer va a tener que estar al servicio de todas las mujeres que vienen a reclamar la paternidad responsable", aseveró la ministra y la principal referente de una organización que asiste a mujeres maltratadas o desamparadas.

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